¿Quién no ha tenido ese dilema ante la brocha lista y un cubo de pintura?
Elegir el color ideal para la pared del salón puede convertirse en toda una aventura… o un drama digno de serie de Netflix.
Pero no te preocupes, que aquí vamos a ponerle color y alegría a la decisión con unos tips para que tu salón quede de revista y no de “algo salió mal”.
- Blanco roto o beige suave: el clásico todoterreno
¿Quieres un salón que se vea amplio, luminoso y súper versátil? El blanco roto es tu mejor amigo. Además, combina con T-O-D-O: desde muebles modernos hasta esos cojines que heredaste de la abuela. - Azul grisáceo: relajante y elegante
Si buscas calma y un toque sofisticado, este color es el «zen» del mundo de las pinturas. Ideal para mirar Netflix y olvidarte de la vida. - Verde oliva o verde musgo: naturaleza en casa
¡Hola, jungla urbana! Si quieres un salón con personalidad y que invite a respirar hondo, este tono verde aporta frescura sin ser chillón. - Terracota o tonos cálidos: abrazos en pared
¿Sientes que tu salón necesita un poco de calidez y energía? Los tonos terracota transmiten esa sensación acogedora que jamás falla. - Gris claro: moderno y neutro
El rebelde sofisticado que deja destacar tus cuadros y decoración sin robarles protagonismo. Además, es facilísimo de combinar con todo.
Y un consejo Meraki extra: antes de lanzarte a pintar, prueba con pequeñas muestras en la pared.
El color cambia según la luz y la hora del día… ¡Mira que no quieres un salón rosa Barbie sin querer! 😅
¿Y tú, con qué color te atreves para darle vida a tu salón? ¡Cuenta, que aquí somos muy curiosos!
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